amor muerto

En el sueño de los infiernos de los versos,
descansa tu cabeza sobre la negra tierra;
en el sueño escrito por los cielos negros,
cierra los ojos y duerme junto a la fiera.

Visita a los dioses que se olvidaron de escribir
destinos precisos que no se pudieran cambiar,
platica con los demonios que perdón decidieron pedir,
traicioneros infiltrados que se bañan con almíbar.

Baila ahora entre tus sueños con migo,
mi rostro deshecho y mis ojos de muerte;
bésame los brazos que te dieron abrigo,
y que ahora son de huesos con carne inerte.

¡Bienvenido seas! al oscuro paraje de tú y yo,
a donde la pasión el infierno congeló.
¡Brindemos juntos! por el buen rey que falló
y por la princesa que al infiel no celó.

¡Ven!, demos un paseo por el jardín de rosas secas,
sentémonos en la banca vieja e incompleta;
susurra a mi calavera otra vez tus palabras tercas
y antes de marcharte se caballero y besa mi mano muerta.

¡Vamos!, camina con migo junto al rio de sangre,
besa mis morados labios casi de granate,
mira la luna, aquí ella es el sol alegre.
¡Brindemos! por los buenos tiempos y el mal amante.

Baila una vez con migo esa canción funesta
que he escrito para recibirte en esta tierra,
besos y caricias; mira tu triste muequita.
Mejor despierta ahora, antes de que decida que te quedes.

“Amor que mueres marchito cual flor roja,
te vuelves gris cómo mi sangre se ha vuelto polvo;
respeta su dulce corazón que tiembla cómo hoja
ante mi sonrisa cadavérica llena de lodo.

¡Viva el amor que ha muerto a nuestro alrededor!,
Vale más un dolor real que una felicidad mentira;
¡Bienvenido amado mío! a la tierra del ganador,
no te pertenece, sufre en tu vida de patraña e ira.”

¡Ven de nuevo aquí! amor que ya no eres amor,
duerme de nuevo y vuelve a tu mugrosa vida;
ya no te quiero ni muerta ni viva de este dolor;
pues olvidemos el pasado que ya bailamos la canción