Dios, que difícil es respirar Pero sigo aquí
Hoy me visto de sensual espanto,
incrusto entre mis piernas los deseos.
Hoy seduciré los vientres de todos
aquellos que han tenido sexo.
No seré guadaña, ni espantajo,
seré una mujer desnuda y excitante;
una magnolia negra, abominable.
Seré seda negra ante los ojos
de aquellos que se encierran
en su concha, y olvidan que soy
bálsamo que apasigua las heridas.
Un paso más hacia lo desconocido,
un paso más hacia lo eterno.
Seduciré con mis curvas a los hombres,
y con mis brazos a las hembras.
Comeré de sus pensamientos,
los más ricos manjares que me ofrezcan.
Provocaré instantes de gozo
para que se abracen a mí…
En su último suspiro.
Quiero ser la muerte, vestida de mujer
o con la armadura de un hombre recio.
Hoy, seduciré sus cuerpos
y confundiré sus almas
en lo perpetuo…
Renuncio a mi vestido
de esqueleto...
A la capa mal oliente que me cubre,
a los ojos infames que se clavan,
sin piedad, anunciando mi llegada.
¡Yo, renuncio!
Mi corazón sigue latiendo, en un mundo oscuro, Lleno de criaturas salvaje, gente que debió hacer algo Malo para estar en ese lugar Tantas historias que fui conociendo mientras, Mi corazón sigue latiendo, en un mundo oscuro No puedo descifrar todavía el nombre de este lugar
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